viernes, 26 de abril de 2013

CAPITULO I

UN DÍA INESPERADO


La tarde aunque soleada no invitaba precisamente a dar un paseo, y es que Arkhan (Massachusetts)  durante el mes de Enero solía ser bastante inhóspito por lo que en días como el de hoy, sólo podían preceder a otro temporal de viento y nieve.

Sentado en su escritorio, Johan saboreaba una buena taza de café y reflexionaba sobre el anterior temporal que había dejado más de 30 cm de nieve.

Su taza de café, a la temperatura perfecta, había sido confeccionada con mucho esmero, justo al llegar a su despacho tras una larga sesión de clases que se habían prolongado durante ese viernes 9 de 1925 y por extensión durante esa interminable semana.

Siempre encontró las excavaciones arqueológicas como de chiste: "Revolver piedras y tierra durante meses para explicar o encontrar cosas que para el devenir de nuestros tiempo carecen de importancia, parece sacado de un mala broma" - decía para sus adentros, pero por contra, la ayuda y trabajos previos que había realizado en la maquinaría de excavación y clasificación de sedimentos del Profesor Martín Peabody, parecía haber dado sus frutos en forma de un valioso saco de 5 kg de café que  el profesor había traído expresamente como obsequio durante el tiempo que estuvo en Colombia, ya que era bastante popular la afición del Sr. Jeppensen al buen cafe.

Su trabajo como profesor de Ingeniería le ocupaba gran parte de su tiempo. Se consideraba un hombre de Ciencia, y veía con cierto recelo a los artistas  escritores y pintores, ya que los consideraba como meros vendedores de humo, ya que los hechos lo eran todo para él.

Entre sorbo y sorbo, repasaba algunas notas y trabajos mal entregados por sus alumnos, aunque siempre entre chapuza y chapuza encontraba algo realmente digno de leer y puntuar con el que se esperanzaba pensando que alguna luz había conseguido encender en las cabezas de esos alocados intelectuales que pasaban más horas de su tiempo en cualquier tugurio que en la Biblioteca de la Universidad de Miskatonic.

Su despacho de reducidas dimensiones con una mesa y su confortable sillón, una estantería donde podías encontrar todos los compendios de ingeniería publicados hasta la fecha,  dos sobrias sillas y una pequeña ventana con vistas al jardín era menos suntuosa que los despachos de los decanos, doctores y profesores más veteranos, pero en cambio disponía de la buena calefacción que circulaba a través  de su sección por lo que solía ser un buen lugar para pasar las tardes, alejado del mundanal ruido, donde su mente podía trabajar en armonía.

Todo parecía perfecto, algo de sol, un buen café, el fin de semana donde preparar su viaje para asistir a unas conferencias en Chicago lo invitaban a sentirse eufórico, bueno más bien casi eufórico dentro de lo que se podía entender un estado como ese dentro de la vida de Johan que a pesar de tener haber cumplido hace poco la treintena, desde adolescente, procuraba evitar los problemas e inconvenientes y dedicar su tiempo a las matemáticas.

Mientras ojeaba el último trabajo que tenía que evaluar, unos golpes huecos sonaron en la puerta.

"¿Sr. Jeppensen puedo pasar?, ha llegado un telegrama para usted.

- Adelante Srta. Greer.

La muchacha avanzó hasta su mesa y dejó el telegrama en la mesa.

- Srta Greer,  ¿sabe quién es el remitente?.

- Según la oficina postal lo envía un Sr. llamado Jackson Elias, Sr. Jeppensen - contestó Mary Greer desde la puerta al tiempo que la cerraba, no sin antes devolverle otra pregunta.

- ¿es alguien conocido? - Preguntó Mary

- Si, un viejo amigo. Buen fin de semana Srta Greer.

Lo mismo le deseo Profesor.

El despacho quedó en silencio, y con algo de nerviosa inquietud se dispuso a leer el telegrama ya que hacía algún tiempo que no tenía noticias de su buen amigo.

Johan y Jackson se conocieron tiempo atrás durante sus estudios universitarios en Miskatonic. Eran compañeros de planta en la residencia en la que se hospedaban.

Jackson siempre fue un buen aliado para dejar por un rato sus libros de física y salir a tomar el aire, y de paso, conocer el panorama femenino del campus, y aunque no acabó sus estudios, mantenían el contacto, y siempre Johan sacaba tiempo para ir a las presentaciones de sus libros.

Su amigo se había especializado en la redacción de libros de carácter algo sensacionalista donde intentaba destapar las sombras donde operaban, distintas sectas criminales que según sus investigaciones eran capaces de manipular a sus integrantes de forma que matando a inocentes se hacían sentir poderosas. Sus libros "Hijos de la Muerte" (1918) y "El poder Negro" (1921) habían tenido gran aceptación y todos ellos habían sido publicados por Prospero House, una editorial pequeña especializada en textos sobre ocultismo y fantasía.

Desde hacia algún tiempo estaba esperando noticias suyas, por lo que el telegrama confirmaría que estaba en EE.UU de nuevo, pero también le resultaba extraño el envio de un telegrama, con una simple llamada hubiese bastado para conocer un poco de sus aventuras y desventuras durante los últimos seis meses en los que apenas había sabido nada de él.

Al comenzar a leer se dio cuenta que algo no marchaba bien, ya que era absolutamente anormal que le pidiera ayuda en este aspecto.


Que experiencia más allá de la docencia podía tener en el mundo de las investigaciones, si por lo menos se tratara de algo relacionado con máquinas lo podía entender, pero la Expedición Carlyle, esos locos que perecieron en Africa, realizando una excavación arqueológica.

Vagamente recordaba fragmentos de lo ocurrido, un playboy de New York que se dedicó a derrochar su fortuna en dudosas excavaciones en Egipto y dentro de su disparate logró que masacraran a todo el equipo de personas que lo acompañaban.

- ¡Demonios! ¿en que estás pensando amigo?, meditaba en voz alta, y a quién llamo.

Su mente se ofuscaba por momentos y pocas cosas podía sacar en claro, a lo mejor se trataba de una broma, pero Jason no era de esa clase de tipos.

Mientras se helaba su café, el día se nublaba y su fin de semana se venía al garete, a su cerebro le vino el nombre de una persona "Ania Alain"  experta egiptóloga del Departamento de arqueología.

Compartía muchas comidas a la semana con ella, ya que era una chica agradable y bastante despierta, algo alocada para su parecer, pero en quién más podía hablar de un asunto de tal índole.

 Johan caminaba de aqui para ella dentro de su reducido despacho, tres paso hacia la izquiera y luego de vuelta dos pasos para la derecha, repitiendo una y otra vez es ritual buscando respuestas.

- Quizas a ella le apetece ayudarle en algo, con la misma se viene de fin de semana a New York para hablar con Jason. ¡Vaya marrón amigo!.

Por un momento se centró, se sentó agilmente en su sillón, y descolgó el telefono. Acto seguido mientras respiraba profundamente, hizo girar el disco dactilar y esperó pausadamente.

En el fondo tenía ganas de que nadie lo descolgara al otro lado, era tarde y casi ningún profesor se encontraba en la Universidad.

Después de esperar un poco una voz femenina respondió al otro lado.

Departamento de Arqueología

Hola, mm.., ¿buenas tardes la Srta Ania? - Titubeaba Johan mientras cogia aliento para poder respirar.

- Si, soy yo, ¿quien eres?

- Disculpa, soy Johan

- Que tal Johan, ¿todavía sigues aquí?

- Si, bueno, se me ha echado la noche casi encima, pensaba que ya no estabas.

- No debería estar, pero sigo catalogando los objetos para la exposición de la semana que viene sobre culturas precolombinas del Pabellón C.

- Bueno, quizas te resulte extraño, pero necesito hablar contigo para que me asesores en tu campo, un amigo necesita que lo ayude, y creo que quizás tu opinión podía resultarnos útil. ¿Te parece si te invito a cenar cuando termines y hablamos del asunto?.

- No será una cita, ¿no Johan?. Ambos se rieron por un rato y Johan contestó.

- No, en serio, necesito tu ayuda y confío bastante en tu discreción.

- Ok, cuenta con una hora de mi tiempo esta noche. Nos vemos esta noche sobre las 21:00 en la Tratoria Roberto, te parece bien.

- Me parece fantástico. Un saludo y nos vemos más tarde.

- Ok, nos vemos.


TO BE CONTINUED ..................